El
Síndrome de Tietze, también conocido como
Costocondritis o Condropatía Tuberosa de Unión Costocondral, una patología bastante desconocida y cuya causa exacta todavía es un misterio.
Es una
enfermedad osteomuscular rara, ya que por sí sola ella sola va evolucionando de manera espontánea durante semanas o meses (en algunos casos unos pocos años) hasta llegar a su total curación.
Puede
afectar a uno o varios cartílagos costales, y es típico que afecte a los más altos (2ª a 4ª costilla), y
más en el lado izquierdo.

Se caracteriza por la
inflamación benigna de la articulación que une el esternón con las costillas o la articulación costo-condral (que une costilla con cartílago). Esto origina un fuerte dolor torácico (en algunos casos este dolor puede llegar a ser extremo, llegando a ser debilitante), en uno o varios cartílagos costales. Su inicio puede ser gradual o repentino y por su intensidad puede irradiar a brazos y hombros y producir dificultad en la respiración. Es por ello, que muchas veces
se puede llegar a confundir con una angina de pecho o infarto de miocardio. Además, la persona que lo sufre, ante el fuerte dolor y los síntomas puede llevar a tener un cuadro de ansiedad o pánico al pensar que está sufriendo un ataque cardíaco.
Como hemos dicho, no se sabe la causa exacta de esta dolencia pero se han indicado algunos posibles detonantes:
- Infección de las vías respiratorias, como pueda ser un resfriado
- Traumatismos torácicos costales
- Enfermedades sistémicas inflamatorias
- Angustia y stress
Normalmente
afecta a personas jóvenes, de entre 20 y 40 años, de ambos sexos, aunque con una mayor incidencia en mujeres. Para su diagnóstico
es necesario descartar previamente otro tipo de enfermedades de tipo coronario, respiratorio o algún tipo de artritis. Una vez descartadas, la exploración y la historia clínica suelen ser suficientes para hacer el diagnóstico. En algunos casos puede ser necesario realizar un TAC o gammagrafía ósea que confirme la dolencia.
Para el tratamiento y mejora del dolor se recurrirá a:
- Analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos en los casos más severos, por una o dos semanas. Si el dolor se hace persistente y muy fuerte se puede llegar a recurrir a la infiltración local de antinflamatorio
- Aplicación de calor local en la zona del dolor
- Reposo, ya que el movimiento o la actividad aumentan el dolor
- Fisioterapia Movha y laserterapia. Se ha comprobado que este tratamiento alivia bastante el dolor
- Ejercicios de respiración, para relajar las vías respiratorias y permitan que se pasen antes los episodios agudos de dolor
Es por tanto un síndrome bastante doloroso pero que una vez diagnosticado da bastante tranquilidad al paciente saber que no es nada grave y que también se cura espontáneamente al cabo de un tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario